viernes, 26 de noviembre de 2010

LA MAJA DESNUDA

La primera mención que se tiene de esta obra es de 1800 por el académico Pedro González Segura, que la menciona en la colección privada de Godoy. En 1808, con el Motín de Aranjuez y la abdicación de Carlos IV, el nuevo rey Fernando VII ordenó secuestrar las propiedades del valido. 
La sucesiva invasión francesa impidió realizar el inventario de los bienes y todo permaneció depositado en el "almacén de cristal" de la Real Academia de San Fernando en Madrid.
Restablecida la Inquisición por el monarca, aquella confiscó el cuadro que seguramente estuvo en manos del Santo Oficio, hasta su definitiva desaparición. 
De nuevo fue llevado a la academa y colocado en una sala oscura, cerrada al público hasta finales del siglo XIX, ingresando en el Prado en 1901 y apareciendo en sus catálogos hacia 1910.


Las famosas "majas" de Goya son obras míticas y polémicas, tanto por la fecha de su ralización y la figura que representa, como por su propietario, el destino que tuvieron y las críticas que suscitaron. Se han relaconado tradicionalmente con la Duquesa de Alba, aspecto muy discutido. En efecto, ni el rostro del personaje, ni la actitud ni las fechas podían concordar, pero el enigma se mantendrá en tanto no aparezca una prueba fehaciente a favor o en contra de los orígenes de su creación.


En ambos cuadros sorprende la extraña forma de la cabeza, que parece un maniquí, inexpresiva y pegada de maneta ilógica al cuerpo, con el que no parece que tiene mucho que ver. 


La fecha de realización se ubica en torno a 1798-1800. La técnica empleada recuerda obras de Goya de 1795; en cambio, la vestida, parece posterior a 1800.
¿Acaso se hizo la segunda para ocultar la primera obra?
Tal vez se trate de una representación de la popular Pepita Tudó, amante del valido con quien mantuvo peculiares relaciones, que llevaron a la dama a ennoblecerse años después: en 1807 recibió el condado de Castillofiel y contrajo matrimonio con Godoy en 1829, a la muerte de la condesa de Chinchón, esposa de éste.


Una cuestión que no se descarta es que Goya utilizó el boceto del cuerpo desnudo de la duquesa para hacer otros desnudos, muy lejos de la belleza ideal que en esos tiempos le gustaba a la aristocracia: tipo fino y elegante, huesos señalados, cintura fina y senos sugerentes.


Curiosamente, Goya fue convocado por la Cámara Secreta de la Inquisición de Madrid para reconocer ambas obras, declarar si eran suyas, indicar el motivo de su creación y por quién.

No hay comentarios:

Publicar un comentario