jueves, 30 de septiembre de 2010

ALFONSO XIII Y EL ZAR RUSO

Durante la I GM, el monarca Alfonso XIII fue el responsable de la salvación de miles de personas. Pero fracasó en uno de sus proyectos más queridos, el de salvar la vida del derrocado zar de Rusia y su familia Imperial. 

Pese a las presiones ejercidas sobre España para que entrara en la I GM fueron numerosas y pese a que existían relaciones de parenteso en ambos lados, la madre del rey estaba emparntada con soberanos de las potencias centrales, y su esposa, pariente allegada de Inglaterra, lo cierto es que Alfonso XIII optó por mantener a la nación en estricta neutralidad. Ni siquiera el comportamiento, completamente contra derecho, de los submarinos alemanes, le llevó a cambiar esa posición avanzado ya el conflicto. Pero la política de neutralidad no equivale a la indiferencia frente a la guerra.

Al inicio de la misma, una lavandera francesa escribió al rey para indicarle que su esposo había desaparecido en combate y que hiciera lo posible para encontrarlo. El monarca atendió las síplicas de esta mujer y adivinó que seguía con vida  y se encontraba interno en un campo de prisioneros en Alemania. El episodio fue publicado por la prensa, llegando a manos después de Alfonso XIII un aluvión de cartas pidiendo ayuda para conocer el destino de sus seres queridos. Las consecuencia fueron la creación de una oficina, costeada por el presupuesto del rey, que contaba con 40 empleados para buscar, hacerles llegar el material, e incluso liberarles. 
La abor de esta oficina fue extraordinaria, hasta el punto que ayudó a repatriar a 70 mil civiles y 21 mil soldados. Además, intervino a favor de 136.000 prisioneros de guerra y llevó a cabo 4 mil visitas de inspección a los campos de trabajo donde estaban los prisioneros. La mayoría de estos casos fueron gente anónima.

En estas fechas, una revolución obligó al zar a abdicar, quedando el futuro de éste y de su familia más cercana sujetos a la voluntad de los nuevos dueños de Rusia. Alfonso XII había estado varias veces a punto de morir a manos de extremistas de extremistas de izquierdas, una de ellas, el mismo día de su boda, y quiás fue uno de los primeros en estar consciente de los peligros que podrían corres la familia real rusa. 
En la primavera de 1917 visitó España Nekliudov, en representación del nuevo gobierno provisional ruso. En la ceremonia de entrega de credenciales como embajador, Nekliudov agradeció a Alfonso XIII el papel desempeñado durante la guerra de la suerte de muchos de sus soldados rusos. Aprovechó entonces las circunstancias Alfonso para, acabada la presentación, levantarse del trono y acercarse al nuevo embajador. Alfonso le agradecía su mención y le preguntaba por la familia rusa real, y le dijo que comunicara al gobierno su petición de salvarlos.

La solicitud de Alfonso XIII debió encontrar paralelos en otras casas reales europeas, pero no fue así. De hecho, cuando el monarca se dirigió a Jorge V de Inglaterra para que apoyara una iniciativa encaminada a la liberación del zar, éste recibió una respuesta por vía diplomática, comunicándole que debía perder cuidado. Alfonso XIII entonces se percató que esta seguridad se tambaleaba. 
Así, cuando Inglaterra se planteó realmente la posibilidad de dar asilo a la familia Romanov, fue el propio Jorge V, pariente de los mismos, el que se opuso. A lo largo de dos semanas, Jorge V estuvo convenciendo a su gobierno de la inconveniencias darles asilo. El problema era que Jorgfe V no queróia problemas con la opinión pública, algo que así se vería reducida, y muy especialmente, con el partido laborista. Desde su perspectiva, el pueblo se sentiría mal si se acogia a la zarina Alejandra, una princesa alemana a fin de cuentas, y era posible que los laboristas sintieran la presencia republicana.

El 13 de abril de 1917 el primer mnistro británico se vio obligado a ceder a las presiones regias y se limitó a decir en un gabinete que España sería un lugar mejor para acoger a la familia del zar. En unas horas, el proyecto de salvar al zar fue abandonado por os ingleses. 
Para colmo, en octubre, los bolcheviques dan un golpe de estado que derriban al gobierno provisional, e implantan un gobierno que aplica el terror de las masas para perpetuar su poder.

Alfonso XIII, que sabía de la negación de Inglaterra, no cesaba buscando apoyo en otras casas reales, proponiendo a los reyes de Suecia y Noruega el envío de un navío de guerra español a un puerto escandinavo para allí recoger a la familia del zar, la zarina y sus 5 hijos. Lo único que le pedía es que mediaran ante el gobierno ruso.
Unos meses antes, Gustavo de Suecia había intentado salvar al zar, pidiendo ayuda a los ingleses, que no se la dieron. La solicitud llegaba ya en un moento en el que ambos países ya no tenían esperanzas de salvar al zar. 

Tamposo se podía esperar nada del Kaiser. Pese a su relación de parentesco con él, Guillermo II no dio un paso para ayudarlo. Lo grave es que Alemania ya había entrado en negociaciones con Rusia para firmar una paz por separado, contando con esta baza para presionar a los bolcheviques. Pero no lo hizo. 

En la noche del 16-17 de julio de 1918, el zar junto a su esposa e hijos fueron asesinados por los bolcheviques en la casa Ipatiev en Yekaterimburg. El asesinato contaba con la autorización expresa de Lenin y sus aliados.  
En el curso de la reunión en el que se decidió la matanza delos Romanov, no estaba Trotsky, pero cuando éste se enteró, el dirigente manifestó que la decisión había sido un acierto. Quizás lo único de lo que se arrepintió es de no haberlos dejado con vida para haber sido el fiscal de su juicio.


El destino del zar y su familia quedó zanjado a mitad de julio, pero esto era ignorado por Alfonso XIII, quien seguía empeñado en salvarlo. Eol 2 de agosto, documentos del Ministerio Francés de Exteriores confirman el deseo del rey de salvar a la familia rusa.

EL REINADO DE ALFONSO XIII

Durante el reinado de Alfonso XIII, de 1902 a la dictadura de Primo de Rivera en 1923, se suceden unos 33 gobiernos. Hace muy poco tiempo que sucedió lo del desastre del 98 de Cuba y Filipinas, que ha abierto los ojos al pueblo llano, no quieren guerras, pero sus militares han entrado a caballo en el Congreso, la Iglesia inmovilista se pronuncia al respecto, se antepone la frivolidad de la nobleza a paliar el hambre que sufren las clases humildes. 


Los gastos militares han empobrecido a España, demasiada guerra y poca economía, hay más oficiales en el ejército español que en toda Europa, mientras los soldados van en alpargatas a la guerra de Marruecos, y como comida, latas de sardinas, ante un calor y una sed intensa.

Generales que venden fusiles a los moros, soldados de poca monta que llevan en su petate las insignias de sus superiores, van a hacer carrera, mientras la intendencia se forra vendiendo la comida de la tropa y muchos mandos se divierten con ello.
Se han gastado los tesoros en aventuras militares, se ha entregado la vida de muchos jóvenes a la gloria de pocos.



España vivió una época dorada en los años que duró la Primera Guerra Mundial (1914-1918), creciendo las exportaciones, bajó el déficit con el exterior, se crearon fábricas para surtir de productos que no llegaban, y se exportaron igualmente.

Una vez finalizada la contienda mundial, en los años 20 nuevamente creció el paro al cesar el milagro económico, y el crecimiento demográfico de esos años impulsa a la revuelta a una ingente masa obrera predispuesta a organizarse en sindicatos con políticas surgidas de los movimientos sindicalistas, comunistas y anarquistas.

Las huelgas campesinas y obreras se encadenaban, era la época de los pistoleros, de los sindicatos libres de la patronal que generan una espiral de violencia, que acabó con el asesinato del jefe del goierno, Eduardo Dato,a manos de la CNT, en 1921.



En septiembre de 1923, el general Miguel Primo de Rivera se pronuncia en Barcelona, el golpe militar quier acabar con la ola de huelgas y violentos altercados que se suceden, con una fuerte represión, pero ésta no podría parar por mucho tiempo a una masa urbana  para las que la monarquía representaba el inmovilismo y el caciquismo.


La dictadura pondría en marcha grandes obras públicas como carreteras, ferrocarriles, puertos, embalses para regadíos y generar energía eléctrica, o la puesta en marcha de Telefónica (ITT) y la CAMPSA, pero endeudando al país gravemente, pues no contaban con un aparato fiscal y sólo generó una deuda que debió seguir pagando la II República.


La debacle financiera se uniría a la crisis mundial que se vivió en 1929, hundiendo aún más a una España empobrecida por las campañas militares africanas, que junto con un estamento militar enorme, con efectivos de más de 15.000 y más generales que en toda Europa, 471, y 2500 jefes  y oficiales era una verdadera sangría para las arcas del Estado.


En un contexto de grave crisis, el generalPrimo de Rivera consultó el 26 de enero de 1930 a los suyos, la prudencia de seguir en el mando, algo que le motivó la respuesta con mucha desconfianza, lo que motivó que dimitiese ese mismo día y muriese en París exiliado, en 1930


El rey, que no podía volver al sistema parlamentario, depositó su confianza en Dámaso Berenguer, algo que al General Sanjurjo, director de la Guardia Civil, lo concibió como un desaire, pues pensaba que ese puesto sería para él.


Berenguer tardó un año en convocar elecciones, lo que hizo que los propios políticos que estaban del lado del rey, como Niceto Alcalá Zamora, abandonaran al rey en favor del sistema republicano.


En agosto de 1930 se conforma el Pacto de San Sebastián, un movimiento revolucionario para traer la república, apoyado por generales como Queipo de Llano, Hidalgo de Cisneros o el capitán Fermín Gala.


Emilio Mola, entonces director de seguridad, sofocó la sublevación y detuvo a sus miembros, los capitanes Galán y García fueron fusilados, pero fue el inicio del fin del reinado de Alfonso XIII.


Poco después Alfonso XIII, nombró jefe al Almirante Aznar, y serían convocadas unas elecciones para el 12 de abril de 1931, ganando los republicanos en todas las capitales de provincia. El rey pidió ayuda a Sanjurjo, quien le devolvió lo anterior negándole ayuda, cuando el conde Romanones visió a Azaña y éste le recomendó que el rey se exiliase algo que hizo sin oposición.

miércoles, 29 de septiembre de 2010

LUGARES DE ENCUENTRO EN EL SIGLO XIX Y XX

1. LOS CAFÉS

El contexto histórico de este momento tan propicio para los cafés era que el breve reinado de Amadeo de Saboya, llegado el 2 de enero de 1871. Prim acababa de ser asesinado y Madrid está dividido y envuelto en un clima de intrigas y complot, prueba de ello, los enfrentamientos existentes entre las cracciones políticas: los alfonsinos que deseaban como monarca al hijo de Isabel II, y los republicanos, que querían la república, y por último los carlistas que deseaban como rey a otra rama dinástica.

El reinado del monarca italiano fue breve, y le sucedió la I República, que duró sólo un año, de la que fuern presidentes: Pi Margall, Salmerón y Castelar. El 2 de enero de 1874 se produjo la transición del régimen republicano a la Restauración monárquica, ras el golpe del General Pavía, que provocó el coronamiento a Alfonso XII.

Por su parte, el entorno de Madrid en ese momento era apacible: contaba con 20 mil habitantes; desde 1871 podían disfrutar del primer tranvía, cuyo recorrido iba desde la Puerta del SOl al barrio de Salamanca, extendéndose pronto a Argüelles, compitiendo así con los coches de caballo que invadían el centro de la ciudad.

Ya en 1895 llegó un nuevo transporte: las carreras de velocípedos. na máquina que constaba de una rueda delantera de gran tamaño y otra trasera sobre las que se subían hombres de forma similar a los jockeys, para meterse en una carrera cuya meta era lograr no caerse.

Fue en ese momento en el que aumentó el número de cafeterías y chocolaterías por toda la ciudad.

A la hora de hablar de los orígenes del café debemos remontarnos al siglo XVII, momento en el que se introduce en Europa tres productos diferentes, que fueron aceptados de manera diversa en cada país. Estos productos n son otros que el chocolate procedente de América y que se arraigó fuertemente en España, Francia e Italia; el té de Oriente Próximo y muy acogido en Rusia y Gran Bretaña y Portugal, y por último, el café del cercano Oriente, introducido ya por los árabes, pero que ahora se etxendía por toda Europa.

El grano del café es fruto del cafeto, un árbol del que se tiene diveras variedades. Se cultiva en Brasil, pero también en  lugares de Europa de altas latitudes. Su grano es de gran tamaño, y tras el tratamiento al que es sometido, se ven cafés suaves y duros.

En Europa se dan numerosas discusiones sobre sus pros y contras, de manera que unos pensaban que era una bebida que envenenaban a los hombres, y para los otros era un néctar. Pese a estas incidencias, el café cambió los hábitos de vida de los españoles, que siempre habían tomado el chocolate, símbolo de las normas impuestas por la aristocracia. El café suonía romper con todos los esquemas, convirtiéndose en bebida de escritores e intelectuales que aceptaban los cambios impuestos por la ilustración europea.

Madrid fue la primera ciudad europea en tomar café, que fue sustituyendo poco a poco las tradicionales botillerías. Las botillerías eran lugares de paso, mal alumbradas, en las que se servían alcohol y licores, También se servía chocolate y bizcochos, leche merengada, naranjadas ... Las verdaderas damas no entraban en los locales, sino que se hacían servir esperando en sus coches, mientras que dentro había parejas de majos y manolas.

En un principio, las instalacones eran penosas y contaban con espejos que deformaban las imágenes, quinqués adosados a las columnas a modo de iluminación, mesas demadera y banquillos. En el interior había un mostrador repleto en su interior de botellas de licores, como aguardiente dulce, siendo bebidas srvidas por camareros vestidos de negro con delantal blanco.

Pero lo fundamental es que jugó un papel social especial en esos años, pero trayeron numerosos tabúes, como la prohibición de la entrada de la mujer, aunque pasado un tiempo, nadie les negaría el derecho a entrar.

Los cafés más antiguos eran los de la calle Santo Domingo, como el Café de San Anton o San Luis. En la calle Carretas existía el Café y la Botillería de Pombo, fundado en el siglo XVIII, donde se reunieron políticos como Prim, Sagasta, O´Donell ... o e daban tertulias como la de Ramón Gómez de la Serna.

Ya en el siglo XIXI surgieron en Madrid cafés que no sólo ofrcen tertulias, sino teatros, siendo los cafés-teatros. El primero, el de Capellane, en el que se iniciaba el ensayo y representación por el precio de la comsumición: dos reales. La idea gustó, naciendo otros como el del Carmen o el de Artistas.

Los cafés sustituyeron a los salones, los clubs los casinos, dando vida literaria a la ciudad. Hasta la guerra civil, hubo cafés para todos los públicos: toreros, cómicos, pintores, escritores ... como Azaña, asiduo como Jacinto Benavente o Jardiel Poncela.

Desde el Café de San Millán, prototipo de café de barrio donde se reunían ganaderos, arrieros, mozos de mula ... hata cafés donde se reunían políticos, aristócratas ... Este era el café de Fornós, símbolo de la vida de Mardrid del siglo XIX y principios del XX. Se ubicaba en la calle Alcalá y su fundador fue Manuel Fornós, propietario también del Café Europeo. Era un café montado a todo lujo, decorado con pinturas, tapices, alfombras y cómodos sofás, que constaba en la parte superior de un amplio corredor y el entresuelo unos cuantos reservados para tertulias masculinas de hombres d enegocios, o para las parejas que no querían ser vistas.

También en la calle Alcalá se ubicaba el Café Suizo, ubicado donde hoy está el Banco de Bilbao. En este café pasaron largas tardes Ramón y Cajal, acompañados Carlos Rubias y Salmerón, donde se daba una tertulia de médicos. Algo que lo diferenciaba del resto de cafés era que contaba con un salón exclusivo para mujeres, el salón blanco, donde se servía chocolate y crema acompañado de un bollo suizo.

Poco a poco se fueron inaugurando cafés con mejores instalaciones y donde se reunían todo tipo de personas.

Lamentablemente, y con el paso del tiempo, los cafés fueron quedando para aquellos que tenían más de 30 años, mientras los jóvenes preferían frecuentar los bares americanos, donde llegaban nuevas bebidas, cocktails, sandwiches ...
Las personas ya no tenían el mismo tiempo para disfrutar relajadamente de la charla con otras personas.

2. LAS TABERNAS

Desde el siglo XIX, las tabernas madriñeñas van a ser muy características, siendo producto genuino de la villa de Madrid. Tienen características tanto dentro como fuera que la hacen diferentes a las demás.
- Exteriores sombríos decorados con planchas o cuarterones de madera barnizada con pintura roja. Se va a identificar la pintura roja con el buen vino, y además, este color se convertirá en una de las eñas de identidad de estos bares.

- Disponían fuera de una barra de hierro que, cruzada, y con un gran candado era usada para cerrar los establecimientos.El cierre se producía a altas horas de la noche.

- Sobre la cornisa estaba el número de la calle, bien visible y el nombre del propietario en letras oscuras y blancas. Con el paso del tiempo, la prosperidad económica se vio reflejada en sus fachadas, usando nuevos materiales para la decoración, como el vidrio o el azulejo, ofreciendo en las puertas atractivos dioramas de las bebidas alcohólicas y el menú culinario que se servía.

En cuanto a su interior, las proporciones eran medias, con una barra dem adera oscura labrada. El mostrador era el de zinc, detrás del cual se encontreaba el tabernero. Las mesas eran de mármol y los bancos corridos. Había un antiguo y reluciente filtro de agua. Los zócalos eran de madera o cerámica, y solía haber un reloj, recipientes y medidores.

Otra característica eran as sentencias que se fijaban en sus muros, como "El camello es el animal que más resiste sin beber, no seas camello".

Estas tabernas se diferenciaban de otros bares en que despachaban bebidas alcohólicas como en las bodegas, por er ruidosas  detentar la primacía del alterne, el rocerío y la tertulia para los pobres.

La taberna, ademas de ser un local donde se despacha bebida, se sirve comida de forma barata, poco informal, casera, con platos tradicionales como riñones, callos, mollejas, bacalao ... El público que asistía eran jóvenes universitarios. Pero a altas horas de la madrugada servían una especie de Té con chispazo, cuya preparación llevaba a un complejo ritual, grandes teteras con té negro desmenuzado en hilillos, el agua y el vapor. El chispazo era el aguardiente de la casa. Hoy en día se sigue sirviendo enun único sitio en Madrid, en la Casa de Eugenio Humanes, en la calle Embajadores.

Estos establecimientos abundaban en las barriadas de Lavapies, Delicias, Pacífico, el Rastro, las Peñuelas y Arganzuela, junto con la zona de Cuatro Caminos y Chamberí.

Una de las tabernas que ma´s se conocían en la villa es la taberna de Don Antonio Sánchez, situado en el número 13 de la calle Mesonero Romanos. Decorada con una gran cantidad de cuadros, medallones con rostros de toreros y dos cabezas de toro.

Otra de las que pervive es el Maragato, en la calle de San Andrés, de color rojo y con los carteles que señalan vino comida y frutas.

3. MESONES

Por lo que respecta a los mesones, fueron igual que las tabernas lugar de servir comidas y bebidas. Sus bajos y sótanos tenían forma laberíntica, llenos de muro de carga y arquilla que van a tener cierto halo de misterio.

Estaban decorados con azulejos, cacharras de cobre, y de las paredes cuelgan lienzo.

Los mesones daban un ambiente íntimo que proporcionaban la charla, charlas amenizadas con vino o fino y acompañadas con tacos de jamón y queso, ofreciendo un queijo de la guitarra y los osnes del acordeón.

Estos mesones se ubicaban en la Plaza Mayor, en las Cavas Altas y Bajas, Arco de Cuchilleros y Cava de San Miguel. Pese a haber sido un punto de pasada de transhumantes y nñomadas, en el siglo XIX albergaba a los vecinos del barrio y labriegos de tierras cercanas y de Extremadura.

En los paradores de la Cava se trataba la venta del trigo y el vino, se negociaba el precio de la caballería, que se feriaba los jueves. Era centro de recaredos y comisarios, de allí salía al pueblo lo que hacía falta, sin pasar por la Plaza Mayor, proveyéndose de ello en las calles de la puerta de Toledo. Hoy se ve la antigua estructura urbana de la Cava Baja, con la conversión de algunos de estos mesones en los mejores restaurantes de Madrid.

4. FONDAS

Era un lugar de escasa categoría donde se daba comida y alojamiento. Eran las "casas de dormir", cuyas habitaciones guardaban un número de camas destinadas a dar abrigo en la noche a las personas sin domicilio. Las había de distintas categorías, para mujeres, para hombres, para citas clandestinas de sexo. Además, había un cierto número de casas llamadas paradores, donde se admitían a las personas la noche a 0.25 pesetas la noche, como el de Picazo, de Luna, de Medina ...

Estas casas se encuentran en los barrios bajos, sobre todo en los distritos de La Latina y la Inclusa. Su número se elevaba a una cifra de 30. En algunas, sólo agunos pisos albergaban pero en otras, era todo el edificio, categorizando los pisos de forma diferente: el primero destinado a la clase más indigente, por 10 céntimos la noche, con habitaciones ocupadas entre 6-10 camas; el segundo piso tiene una cllientela menos mísera, con dos o trs camas por habitación y los demás pisos son de cita clandestinas.

La parte inferior de la clase obrera, se veían obligados a habilitar 2casas- jaula", faltas de luz y aire respirable, con alimentación insuficiente. Dada una alimentación tane scasa, no es extraño pensar que el obrero recurría al alcohol para alarmar su sistema nervioso y evitar de esta forma el hambre.

Una de las mejores fondas se ubicaba en la Calle Alcalá en el local de las DIligencias peninsulares: la Fonda de Europa era económica, situada en la calle Peregrinos. Fue en una de estas fondas de la calle Tetuán donde se fundó el Partido Socialista en mayo de 1879.

JARDIN BOTÁNICO DEL PRADO

El 25 de julio de 1774 se decide el tralado del Jardín Botánico de las afueras de Madrid en el sitio de Migas Calientes, actual Prado. Este traslado formaba parte de la gran reforma urbanística emprendida en 1766 por Carlos III, encargando tal proyecto al arquitecto real, Sabatini. Sus propuestas no llegaron a plasmarse, pero si la influenciaron.

Las primeras explanaciones comenzaron en 1776 y poteriormente la construcción de la Puerta Real. En 1850 fue cuando se presentó el proyecto de enrejado para encerrar este paraje con una verja, que sirviese además como mirador. A partir de 1780 se hizo cargo de la obra Juan de Villanueva, quien modificó el diseño del jardín con ideas neoclásicas de los tiempos.

Con la fundación del Jardín se inició además la afición e interés por la botánica en Madrid. En ellos se albergaron numerosas coleccones de plantas, siendo organizada la vida del centro por Gómez Ortega, a quien se debe la creación de todo lo de alrededor.

Tras la república, donde se hicieron algunas reformas, se han hecho otro edificios allí para el estudio de esta ciencia.

EL PRADO

El espacio que actualmente ocupa el Paseo del Prado, en concreto, el tramo entre Atocha y las 4 Fuentes, era en el siglo XVIII una alameda, lindante con algunas huertas y con un barranco que daba lecho al arroyo de Valnegral. Antes de esta fecha, hay pocos sitios que destacar, como el estanque construido por Felipe II en 1569, estanque donde el rey intentó simular la toma de un castillo con la construcción de 8 galeras para recreo de la reina.

Pero el surgimiento del Paseo del Prado como tal no vino hasta la época de Carlos III, momento en el que se inición la transformación de la zona y su acondicionamiento como una de las principales vías de la ciudad. Bajo este reinado se inició el proyecto de nivelado de la zona en sus tres partes, llamadas de San Fermín, San Jerónimo y de Atocha, con este proyecto se construyó una mina que encauzaba las aguas del arroyo, desde la puerta de Recoletos a Atocha, obra que se complementó con la construcción de un colector en Atocha, permitiendo alisar el Prado.

Tambvién con Carlos III se situó la zona para el Jardín Botánico, de antigua presencia en la ciudad y que había sufrido varios traslados. Fue Felipe II quien a instancias de su médico creó el primer jardín botánico en ARanjuez, pionero de toda Europa. Luego Fernando VI lo pasó a la ciudad, al Soto de Migas Calientes, a als orillas del Manzanares. Pero el alargamiento del Prado hizo que Carlos III trasladara el jardín a su actual emplazamiento, al llamado Prado viejo en 1744. El recinto fue adornado por una engalanada verja de hierro, ornamentado en el centro por una sencilla portada clásica de granito  donde una inscripción indica que fue construida por Carlos III. Al fondo del Paseo donde comienza el Prado hay una elegante portada con 4 columnas dóricas que dan ingreso a la cátedra botánica. También encuadran el recinto la biblioteca y el herbario, donde se reúnen más de 30 mil especies diferentes.

Al otro lado del Botánico y contiguo a la Platería de Martínez hubo durante mucho tiempo desde el reinado de Fernando VII hasta los últimos años de Isabel II, un famoso espectáculo conocido como Diorama, espacioso edificio en cuya parte principal se reconcía el interior del templo de San Lorenzo de El Escorial. Habia además en llos salones altos y bajos del edificio otras vistas en el Diorama, como la del Coro de Capuchinos de Roma y la del panteón del mismo Escorial. Había en el edificio como curiosidad un salón de física recreativa.

Desde el siglo XIX, este espacio fue el escogido por la nobleza para pasear. Fue en esta etapa donde una parte del Prado comenzó a tener especial trascendencia, se trata de la calzada cercana a las casas desde la esquina de la calle Atocha hasta la plaza de Neptuno, donde estaba el palacio de Medinaceli, tramo que desde mediados de siglo

lunes, 27 de septiembre de 2010

EL BURGUÉS ENNOBLECIDO

FRANCISCO DE RIVAS MARQUÉS DE MUDELA

Es el prototipo de nuevo burgués emprendedor. El 17 de mayo de 1882, Francisco de las Ribas y Ubieta, Marqués de Mudela, se sintió indispuesto mientras presenciaba una corrida de toros. Trasladado con urgencias a su palacio, en la Carrera de San Jerónimo 40, el médico s´lo pudo certificar su defunción por un ataque de apoplejia.Al morir, su fortuna se elevaba a 70 millones de reales, una de las más grandes de Madrid.

Empresario vitivinícola en la Mancha y siderúrgico en el País Vasco, fueron sus principales instrumentos de acumulación de capital. De las Rivas responde al mito de la perfección del ascenso delliberalismo en España.

Francisco nació en Gordejuela Bilbao, en 1809, hijo de campesinos, que con 15 años emigró a Madrid en busca de frtuna. En su trayectoria, 3 hechos marcaron su éxito: su vinculación al círculo de comerciantes vascos que viven en Madrid, su matrimonoi con Rosa Urtiaga en 1834, hija de un importante comerciante vasco, y su incorporación al círculo en torno a Mendizábal.

Fue adquiriendo sus conocimientos demercantilismo gracias a sus tíos en Madrid. Luego pasó a ser un comerciante pañero con sus parientes en Andalucía

viernes, 24 de septiembre de 2010

Madrid era el centro de la toma de decisiones políticas. Por ello, la economía y sociedad de la ciudad era profundamente extrovertida y se movía por el impulso del todo nacional.

La gran burguesía la formaban aquellos que trabajaban, que se comprometían a actividads remuneradas y que disponían de enormes ingresos. Los dos primeros elementos separan a la alta burguesía de la aristocracia terrateniente. El tercer elemento las diferencia en alta y baja burguesía.

Durante la Burguesía de la Restauración se distinguieron los siguientes tipos:
- La Alta Burguesía de los Negocios", aquella que se enriqueció de las contratas de ferrocarriles de servicios públicos o suministros militares. Implicada en negocios de índole variada, orientada a actividades bancarias. En el mismo nivel está la ceciente alta burguesía industral.

- Otro sector era la Gran Burguesñia de Colonización

La alta burguesía se caracterizaba por su gran pdoer económico, procedente de las posesiones de algunas de las principales fuentes de riqueza del país: contratas, comercio, industria y banca. Dentro de la alta burguesía coexistía el profesional de alta categoría, el indiano, y el financiero, al que corresponde mayor prestigio. Los dos elementos que conjugaban a la perfección era trabajo y corrupción.

La alta burguesía aspiraba a entroncar con la nobleza para consolidar su prestigio social; la aristocracia en decadencia deseaban fundir en un matrimonio con la riqueza de la creciente burguesía, que salvarían su estado de ruina. La mujer era el elemento indispensable para mejoorar las relaciones sopciales, que tenían como marco el salón, el teatro ...

Los banqueros se sentían burgueses. No crean el capital, pero sí lo  hacen circular. Se les admira por su suerte. Cada uno ha llegado a la riqueza por diversos caminos. En la escala de la burguesía, los banqueros ocupan su cima jerárquica.

Otro tipo de burgués es el indiano, el clásico hidalgo, santanderino y pobre, que hizo fortuna en La Habana entre los años 1832 y que luego obtuvo distinciones. Algunas de las fortunas que allí se hicieron fueron por trata de esclavos, azúcar, tabaco y cufrtidos.

Para las operaciones mercantiles eran preferibls los banqueros catalanes.

La Burguesía además se enriqueció con la especulaicón en la Bolsa. La industria, al no existir apenas, no pudo servir de arranque salvo para los que venían de afuera. Negociando su dinero con ferrocarriles se enriquecieron personajes como Remisa, Aguado, Mendizábal ... o Leon Cappa, con su negoico de carbón.

En su proceso de ascensión social, la burguesía quiere protagonismo, derrochándolo en sus giras sociales, en torno a palacios y la concesión de títulos nobles a ellos. Así se unió a la burguesía ennoblecida con la vieja nobleza de cuna.

El este proceso el palacio desempeó un gran papel. Con la construcción de estos sitios suntuosos y monumentales, daban fe de todo el poder señorial que contaban y la posición de su status.

Los palacios burgueses madrieños reflejan el lujo que perseveraban, la ostentación del poderío económico, expresa la idea del reconocimiento de su clase social por todos.

En el interior es donde se da el proceso donde se invita a aquellos a los que e quiere pertenecer, siendo los saloones el centro de estas reuniones.

En el caso de los viudos, el palacio no funcionaba con tal ostentación. En estas ocasiones, las ostentaciones se muestran en el exterior, como el caso de Francisco de Rivas. De ahí, la gran exhibición de carruajes que el individuo hacía.

Es importante en esta clase el rol de la esposa y su papel en palacio. Los salone son el reflejo del poder económico de la familia. El mobiliario, alhajas, todo está supervisado por la esposa.
Otro espacio importante de palacio es la biblioteca, como lugar de reunión de los caballeros en la sobremesa, meriendas y tertulias, mientras que las damas usaban el salón de té.

EL CASINO Y EL PASEO DEL PRADO

En relación al Casino, lugar de tertulias, fue fundado en 1837 por lo más selecto de la ciudad, respondiendo a las necesidades de ls jóvenes a reunirse nen un punto céntrico. Así se alquiló un cuarto en la calle Visitación. Se jugaba al carácter, al tresillo ... Luego se le conoció con el apelativo del "príncipe2 por trasladarse al edificio de etsa calle, para ubicarse definitivamente en la Calle de Alcalá, entre Carrera de San Jerónimo y Calle Sevilla.

Saliendo del ámbito privado, otra afición de estas clases era la de pasear, reservando cada grupo sus propios espacios, paseando en general por Recoletos, Retiro y el Prado. El Prado fue el más rentable por estar más próximo al Retiro, destacando la parte llamada "Salón del Prado". Era el sitio donde se enseñaban las exquisitas carrozas, luciendo las señoraas sus joyas o montando los señores en caballo.

Allí su entrada no estaba prohibida a nadie, pero era sabido que era un gusto de la alta aristocracia, donde se miraba no sólo las riuezas, sino la edad y belleza de los paseantes.

Al lado del paseo de coches había una calle estrecha con bancos que llamaban el gabinete", siendo el lugar de exhibición por excelencia, pues el paseo se daba andando, paseando los domingo y días de fiestam después de misa, hasta las 4 o 4 y m edia que se iban a comer.

Los toros también fueron una gran afición en las altas élites, dejando los mejores palcos y asientos para estos personajes

EL PAPEL DE LA MUJER EN LA SOCIABILIDAD ARISTOCRATICA

En la mayoría de lso casos, eran las mujeres las que rganizaban la mayoría de los eventos sociales. Estas mujeres, a duras penas desarrollaban tareas domésticas, sólo als supervisaban pues para ello estaban los criados y srvientes. De este modo, el mantenimiento de un número elevado de criados e incluso de acciones destinadas a la beneficencia, eran señal de poder.

Esto se debe a ue si bien en el AR, los encargados de beneficencia eran la nobleza y el clero, con la pérdida de poder de estos, en el réhgimen liberal estas actividades se quedaron huérfanas. Esta vacío fue ocupado por un grupo denominado "Junta de Damas", ya que estas ideas correspondían al estado anterior.

El tiemo libre lo dedicaban a su aseo personal y a sus compromisos sociales: aperitivos, paseos, comidas, bailes, educación de sus hijos, que no su criana, pues eso correspondía a las nodrizas o criadas.

ESPACIOS DE SOCIABILIDAD: EL TEATRO Y LA ÓPERA

Este tipo de conciertos se daban en casas particulares como los celebrados en el palacio de los duques de Osuna, pero el lugar pr exclencia donde se hacían las representaciones era el Teatro Real. SI bien hay que tener en cuenta que hasta 1850, la ópera italiana tenía otros espacios de representación, como los Teatros del Príncipe o de la Cruz, o el mandado a construir dentro de Palacio por Isabel II, que era pequeño e íntimo.

El Teatro Real se estrenó con "La Favorita" de Donizetti, acudiendo a la función la flor y la nata de la sociedad madrileña, con uniformes, etiquetas, joyas ... El gobierno representado por Narváez y el Conde de San Luís, a primera aristocracia representada por las duquesas de Alba y Medinaceli, de Gor, de Osuna y del Infantado; la condesa de Montijo ... es decir, las señoras engalanadas y llegadas en carruajes. Además de óperas, se celebraron bailes de disfraces, de orquesta ...

Otros teatros a los que iban la nobleza eran el el de la Sociedad Liceo Artístico y Literario, en el Palacio de Villahermosa, en la carrera de San Jerónimo esquina con el Prado, o el Teatro Buenavista, que sólo funcionaba en Pascuas

ESPACIOS DE SOCIABILIDAD: LOS SALONES Y LOS BAILES

La nobleza madrileña de viejo cuño sufría una crisis desde el siglo XVIII, especialmente en el tránsito del AR al Régimen Liberal. Crisis que tuvo que afrontar de diferentes modos. En este sentido, las pautas de comportamiento de estos jugarán un papel importante como manera de reafirmar su poder e influencia.

A finales del siglo XIX, la nobleza continuaba muy presente en la capital española. Hab´çian perdido gran parte de su poder social y político, que ahora compartían con la alta burguesía. Pèro seguían monopolizando el poder social con grandes fiestas, bailes, comidas ... como respuestas a las otras pérdidas.

El Salón del Noble fue considerado el primer escenaro de representación social y de la propia fusión con la alta burguesía, ya ´que ésta intentaba penetrar en los círculos aristocráticos y conseguir el ennoblecimiento, bien por medio del matrimono o por negocios y relaciones. Además, el salón fue un gran espaci social, al albergar grandes debates y tertulias políticas, conómica, e intrigas amorosas.

En este sentido, cabe señalar que si bien antes del siglo XIX el matrimono nobiliario era endogámico y condicionado por el sistema de herencias, en este momento consistió en estrategias a largo plazo, de fusiones con segundones, con la consiguiente creación de ramas familiares secundarias, buscando la consolidación de dicho grupo social. De ahí que los salones dieran cobijo a la sgrandes clases sociales.4

Pese a la fusión ente la alta burguesía y la vieja nobleza, establecieron unos criterios rñigidos de admisión a los salones, los cuales siguieron funcionando gracas a la venta de parte de sus tierras y viejos palacios.

La importancia de los salones y bailes que en ellos dieron, fueron de especil importancia para la nueva nobleza, pues le permitió introducirse en el mundo aritocrático. Así los palacios de la vieja nobleza con un piso bajo de grandes ventanas enrejadas, y otro piso alto, muy suntuoso por dentro y adornado con tapices  y cuadros de gran valor, fueron sustituidos por los palacios burgueses, que trasladaron tal suntuosidad al exterior.

En cuanto a los bailes, algunos de ellos se celebraban en Palacio por la prpia reina Isabel II. Otros tuvieron lugar en los palacios de la aristocracia. Se trataban de bailes a los que podían asistir hasta 400 personas y su frecuencia era, si no diaria, al menos mensual. Estos bailes tuvieron su gran apogeo hasta el reinado de Alfonso XII, entrando en decadencia en 1914 con Alfonso XIII.

A estos bailes asistían lo mejor de la juventud aristocrática, incluidos oficiales y guardias militares. Fiestas famosas eran las que daba la Marquesa de Osuna, Condesa de Benavente, dado todos los sábados y el domingo le correspondía a la duquesa de Vallarino.

Otras señoras que se citan son la Marquesa de Santa Cruz, marquesa de Alcañices, Fernanda de Sta Cruz, Marquesa de Miraflores, condesa de Vilches ... Las señoras llevaban sus mejores joyas y brillantes con sus mejores vestidos para grandes ocasones.  En estas fiestas aparecían numerosos cantantes de ópera invitados a cantar, pues esta era una de las afciones de la nobleza, a ópera.

domingo, 19 de septiembre de 2010

RESIDENCIA DELOS NOBLES: LOS PALACIOS

A finales del siglo XVIII tuvo lugar en Madrid un cambio en la estructura residencial de la nobleza. Aunque siguieron en ellos los nuevos gustos de la monarquía borbónica, que comenzó su reinado levantando el Palacio Real en el lugar donde se había erigido el antiguo Alcázar. 

Hasta entonces, los nobles de la capital española habían ocupado viejos caserones con exteriores pobres, que no correspondían con el lujo del interior, con vasijas de plata, colecciones de cuadros y otros. La construcción de casas no se había llevado a cabo, porque dentro del núcleo urbano no había espacio suficiente, ni condiciones urbanísticas, pues las calles eran muy estrechas y laberínticas.

Por eso, cuando comenzó a llegar el gusto por los palacios con exteriores decorados y grandes jardines, procedente de Fracia, influencia del pe nsamiento ilusttrado que pretendía mejorar la calidad de vida de todos los niveles sociales, no quedó mas remedio que buscar grandes solares  en la periferia de la ciudad, que les permitiera desarrollar el tipo de vivienda que ahora la aristocracia demandaba. Se concentraban sobre todo en la zona oriental y occidental, coincidiendo con la vecindad del Palacio Real y Buen Retiro. Los palacios de Liria, Buenavista, Osuna y Villanueva son ejemplo. Pero tambén se buscaron lugares cercanos a conventos y monasterios, o en las rutas oficiales por donde pasaban los reyes.

El primer proceso de construcción se dio entre 1800-1840, donde los que construían eran los nobles de cuna; el segundo, coincidiendo con el reinado de Isabel II entre 1840-1868, donde la aristocracia de nueva creación adquirió protagonismo, ejemplo el palacio del Marqués de Salamanca, y el tercero, coincidiendo con la Restauración Borbónica, entre 1875-1900, representado por la alta burguesía de los negocios, con ejemplo claro el Palacio de Linares. 

De los grandes palacios concebidos de forma tradicional y habitados por la antigua nobleza, señalamos el de Villafranca, Alameda y Osuna, que permitió hacer una rsidencia rodeada de jardines y huertos, o el de Liria, junto a la Puerta de San Bernardo. Propio de la nobleza surgida de la economía son el del Marqués de Salamanca en Recoletos y en Gravira, ambos de influencia italiana. Luego más tarde, de influencia francesa, destacó el del Duque Uceda en la plaza Colón, o el de Portugalete en la calle Alcalá.


Una vez hecho el proyecto del Ensanche, la nobleza pasó a ocupar un barrio para ellos solos. Hasta entonces, sus palacios estaban dispersos por la ciudad. Y fue en este barrio donde el Marqués de Salamanca proyectó la construcción de unos hoteles para la alta sociedad, antecedentes de las viviendas unifamiliares en la Ciudad Lineal y en Ciudad Jardín.


Los palacios del XIX, a diferencia de los anteriores, mezclaban el lujo tanto dentro como fuera. Las fachadas eran de ladrillo o piedra, formando una combinación bicromática. En ella se contemplaban elegantes frisos, cornisas, donde se poníuan los escudos de las familias. Más adelante fueron apareciendo los balcones. Ademñas, rodeaban el edificio numerosos jardines y fuentes, con monumentales entradas.


El interior de la casa se dividía en 3 plantas, aunque fueron subiendo con el tiempo: la planta baja donde se situaba la cocina, caballerizas, cochera y otros servicios. En la planta principal se encontraba los salones donde se celebraban las fiestas y actos sociales; las alcobas de los familiares, alrededor de las cuales se desplegaban numerosas estancias, como antecámara, gabinete, despacho ... En el segundo piso estaban los cuartos de los criados. Los pisos se comunicaban por una suntuosa escalera. La división de estos palacios hacían una división en microespacios cortesanos.


El lujo interior se reflejaban en los espejosen los salnes de mármol, tapices, alfombras, cortinas, papeles pintados que cubrían las paredes, frescos en los techos, colecciones de pintura, lámparas de cristal, grandes ventanas que daban a los jardines, habitaciones decoradas al gusto mudéjar, grandes bibliotecas, como la del Palacio de Osuna

CREACION DE UNA NOBLEZA CONCESOIN DE TÍTULOS

Muy disconformes con la creación de la nueva nobleza,surgidas de las élites económicas de los negocios, su surgimiento fue un hecho. Son especialmente significativas en el reinado de Isabel II y Alfonso XII.


Un ejemplo notable de las élites surgidas en el reinado de Isabel II es el caso del Marqués de Salamanca, quien encarna en su persona lo que significó la burguesía ennoblecida y sus diferencias con la nobleza de cuna. Mientras que los segundos valoraban su patrimonio como simples fuentes de rentas, y empleaban sus excedentes en el lujo y no en la reinversión, los primeros se embarcaban en distintos negocios e inversiones en bolsa, consiguiendo aumentar su capital si les salía bien, pero corriendo el riesgo de arruinarse en caso contrario.


El Marqués de Salamanca nació en Málaga en 1811, en el seno de una familia acomodada, que se pudo permitir pagarle sus estudios en leyes. Ejerció como jurista, lo que le permitió codearse con grandes personajes. Su matrimonio con Petronila Livermore Salas, de padre inglés, hizo que emparentara con grandes empresarios, de los que fue aprendiendo, Fue abandonando su carrera para dedicarse a ls negocios y a la política. Así, llegó a MAdrid por primera vez como Diputado por Málaga en las cortes Constituyentes celebradas en 1836. Y de ahí, pasó al Ministerio de Hacienda. Esto indica que a mayoría de los títulos que se concedieron en el siglo XIX fueron a parar a empresarios y militares. 




Fértil en ideas, invirtió en numerosos negocios, algunos de creación propia. Invirtió en bolda con relativo éxito, fue el primero en en impulsar el Banco de Castilla, pronto conocido como Banco de Isabel II, impulsó la construcción del ferrocarril, presentó un proyecto de viviendas para las claes acomodadas en el Ensanche, de ahí que se conozca a esta parte como Barrio de Salamanca, e intentó crear un Banco Hipotecario. Lo asombroso de este hombre es, que pese a sus numerosos apuros económicos, salía de ellos con fortuna y rápidamente. 


Durante el reinado de Alfonso XII, se mantuvo la tendencia de otorgar títulos nobiliarios que comenzaron con su madre, y que continuaron durante la regencia de María Cristina y Alfonso XIII. Con ello se pretendía crear una nueva nobleza.


Durante la Restauración, la necesidad de encontrar simpatizantes por su causa les obligaron a premiar con títulos a aquellos que lucharan por el restablecimiento de la monarquía borbónica y a sus fieles. Por ellos fueron numerosos milittares, hombres de negocios y políticos, los que adquirieron esto.


Por cada título, había que pagar un importe, en relación con la calidad del mismo, puudiendo aspirar a más, según el poder adquisitivo. En algunos casos se les eximía de los pagos a Hacienda, como pro ejemplo a militares que prestaron un servicio especial al rey. De entre políticos, encontramos al marqués de Rubalcaba. Se dieron títulos nobiliarios en grandes haciendas de Cuba, que aportaron dinero a la causa alfonsina, como el marqués de Alava o el de Santa Rita


Fue durante la Restauración cuando se dio el mayor número de concesiones nobiliarias, todo por la causa, siendo más en las filas de Cánovas que de Sagasta



EVOLUCION ECONOMICA Y POLÍTICA DE LA VIEJA NOBLEZA EN EL SIGLO XIX

La afluencia de nobles a Madrid comenzó cuando Felipe II decidió fijar su hasta entonces Corte ambullante en esta villa, a mediados del siglo XVI. Los nobles se trasladaron entonces a la pequeña población, al amparo de la Corte Real, manteniendo estrechos lazos de amistad con el Rey. Su presencia fue haciendo de Madrid una de las ciudades más animadas de Europa, convirtiéndose en el principal foco de atracción social. Pasó de ser una rgión agraria a ostentarse de todo lujo. Como consecuencia, comenzó a desarrollarse una industra de productos de lujo, como joyerías, bordadores de plata, pañerías, sombrererías ...

La llegada a la capital de nobles, llevó aparejada la atracción de capas sociales bajas procedentes de zonas rurales, que venían en busca de un empleo, sabiendo la demanda de sirvientes que necesitaba la aristocracia. De hecho, el tener un mayor o menor número de sirvientes condicionaba su estatus social. Como era también el número de coches y de caballos que se poseyese.

 La nobleza constituyó desde el principio la cúspide de la escala social, económica y política de la capital. Sus cargos palatinos le facilitaron los contactos con los centros de poder, formándose fuertes camarillas. De esta forma, la nobleza fue monopolizando los altos cargos políticos del gobierno. La mayoría de los escaños del Senado y cargos diplomáticos eran ocupados por los Grandes de España por derecho propio, como decía la Constitución de 1876, igualmente seguían ocupando los cargos palatinos del a Edad Medieval, como Tesorero Real, Secretario real y otros cargos relaconados con la administración del Estado.


El desempeño de estas actividades le hicieron acumular gran prestigo, lo que unido a la suntuosidad que roddaba su estilo de vida con palacios, comodidades, fiestas y todo tipo de símbolos externos, propiciaronque esta ñelite fuera envidiada por todas las claes sociales. Desde los altos burgueses adinerados hasta los que no les suponía ningún esfuerzo imitar los mdos de vida aristoráticos, a los más pobres que anhelaban una vida que nunca alcanzarían. Esto le acompañó hasta bien entrado el siglo XX, aunque a situación económica y general sufriese grandes transformaciones en el siglo XIX.


La principal base de la economía de la nobleza era la tierra rural. No hay que olvidar, que aunque la nobleza de cua se había ido instalando alrededor de la Corte, aportando sus valores, pautas, solían ser originarios de la meseta de Andalucía, donde habían dejado vastas extensiones de tierra de las que percibían el mayor número de rentas anuales. Esta renta agraria aseguraba el futuro de los viejos nobles, por ser bienes fijos y amortizados, lo que originaba que la tierra se pasase de padre a hijo, sin posibilidad de perderse.


Pero la nobleza contaba además con numerosas propiedades urbanas, principalmente fincas dispersas  por la ciudad en los suelos de más altos precios y que solían arrendar. Estas posesones vinieron bien cuando en determinados momentos, la tierra agrícola no conseguía dar los intereses a sus dueños, quienes pasaban vverdaderos apuros por mantener su estilo de vida. Es entonces cuando recurrían a vender fincas urbanas, ya que cmo éstas cumplían un papel complementario, no contemplaban la posibilidad de invertir en ellas.


De esta forma comenzó un repliegue nobiliario, causado prque la nobleza reprodujo hábitos y comportamientos del Antiguo Régimen, basados en criterios improductivos que no permitía la recuperación de lo invertido en lso elevados gastos que le acompañaban. Incluso a pesar de que la nobleza había comenzado a impulsar a finales del siglo XVII una actividad económica más activa, entrando en el mercado, sobre todo en el de abastos de los centros urbanos, coercio lanar y vinculación a los Gremios madrileños, no se alteraron las estructura de producción ni la propiedad. Es decir, trataron de maximizar la producción para conseguir más dinero líquido, pero sin llevar a cabo transformaciones industriales.


Con el fin de aumentar la producción sin salir del modelo tradicional de propiedad, subieron los gastos dirigidos a nuevas roturaciones, construcciones de canales y otras mejoras de infraestructura. Al mismo tiempo, el consumo aristocratico aumentaba, debido a la transformación de esta, algo más cosmopolita, más abierta a las influencias francesas, y que tenían que destinar gran parte de sus ingresos a mantener su estilo de vida, marcado por la nueva moda de palacios y casas grandes, adquisición de obras de arte ...


El cambio de coyuntura a finales del siglo XVIII, el entorpecimiento del comercio de exportación de lanas, el coste de aprovisionamiento de las rentas durante la Guerra de la Independencia, el descenso de los precios agrarios, el cuestionamiento de llos privilegios señoriales y el cortocircuioto de las rentas provenientes de la corona como consecuencia de la quiebra de la Hacienda Pública, frenó la expansión de la economía nobiliaria. Se prdujo entonces un desfase entre gastos e ingresos, comenzando una crisis patrimonial que duró hasta los 70, donde perdieron muchas posiciones económicas.


Se hizo necesario un proceso de saneamiento que permitiera la recuperación. Fue entonces cuando la nobleza demostró su capacidad de resistencia, pues la mayoría logró reconstruir su posición sin abandonar del todo su componente agrícola y sin tener que participar en los sectores económicos. 


El saneamiento conllevaba la abolición de los mayorazgos y el fin de la popiedad vinculada, además de la intervención del Estado Liberal, que va a transferir indemnizaciones a la nobleza por las desamortizaciones.


El hecho de que la nobleza no participase de forma directa en los nuevos sectores económicos, no quiere decir que estuvieran del todo fuera de ellas. Entre 1840 y la Restauración, la aristocracia madrileña buscó un nuevo punto de equilibrio económico para salir de este vbache. Por ejemplo, la Casa de Medinaceli transfirió propiedad rústica o valores por 58 millones de reales, igual que el Duque de Alba, Duque de Altamira.


Para la pequeña nobleza, la política de saneamiento suponía un esfuerzo mayor, y odía suponer la liquidación total e sus patrimoniios. En tre otros motivos, se encuentran casos de adeudamiento con banqueros madrileños, caso del Duque de Híjar, de Salvatierra o de Osuna.


Una consecuencia de la crisis de la nobleza fue el hecho de que muchos aristócatas dejaran de engrosar las filas carlistas para pasarse a las liberales. Esto se explica, pues desde aquí pueden tener el poder de controlar la reconversión de sus prpiedades, superar al crisis y recuperar el prestigio político. Hay que tner en cuenta que este liberalismo al que se adhieren es un liberalismo moderado, por lo que en la Restauración, se les verá en las filas de Cánovas.


A la vez, el giro político de la nobleza provocó que esta clase social tomara contactos con otras élites, haciéndose más abierta. Para ello, la alta burguesía comenzó a ennoblecerse. De hecho, mucha de las tierras que los nobles tuvieron que vender cuando enajenaron sus propiedades, pasaron a manos de la alta burguesía.


Claro que esta apertura no fue compartida por toda la nobleza. Mientras que un sector más integrado en el núcleo mundano de la capital era más integracionista, otro se encontraba enquistado en la tradición patriarcal sencilla, con profundo arraigo y sentido del hogar, lo que llamamos "puristas". Estos últimos desdeñaban de los burgueses por contaminar su sangre, el código social y la forma de vida de la aristocracia.

FOTOS ANTIGUAS23

Estación de metro de San Luís en plaza del callao en 1940

Vagabundos en la carrera de San Jerónimo, junto al restaurante Lhardy en 1940

Calle Sevilla en 1941

Vista aérea del Paseo de la Castellana en 1941

Metro en la calle Alcalá en 1943

Plaza Mayor en 1943

Paseo de Recoletos, Feria del Libro en 1944

Puerta del Sol en 1944 plena posguerra, donde los luminosos hace olvidar las carencias que tiene la ciudad

Paseo de Recoletos en 1946

Estación de Atocha en 1947

Paseo de las Delicias en 1949

Calle Sevilla años 40

 Calle Sevilla años 40

Calle Segovia y Cuesta del Nuncio

Calle Cuchilleros años 50

Palacio Real y Calle Baién años 50

Plaza de España años 50

Gran Vía años 50

Gran Vía con Calle Alcalá ños 50

Plaza Cibeles en los años 50


Plaza Mayor 1952

viernes, 17 de septiembre de 2010

FOTOS ANTIGUAS25

Calle Mayor en 1932

Plaza Mayor autobuses en 1932

Carretera de Francia paso poor Tetuán en 1933

Plaza Tirso de Molina, entones Plaza del Progreso en 1933

Puerta de Toledo en 1934

Rastro en 1934

Café de Levante en la Calle Arenal, en 1935

Casa Mingo en la Calle Florida en 1935

Gran Vía en 1935

Palacio de la Prensa en 1935, junto al café Variedades

Puerta del Sol en 1935, vemos el primer semáforo de la ciudad

Estación de metro como refugio antiaéreo en 1937

FOTOS ANTIGUAS

Gran Vía sobrevolada por el Zeppeling en 1930

Plaza de Cibeles y Palacio de Comunicaciones 1930

Plaza Mayor en 1930.

Puente de Ventas en 1930

Puerta del Sol en 1930

Arco de San Ginés en 1931

Calle Bailén antes de construirse el Jardín de Sabatini en 1930

Calle del Prado 1931

Plaza de Callao en 1931


Plaza de la Villa 1931

Puerta del Sol en 1932

martes, 14 de septiembre de 2010

FOTOS ANTIGUAS22

Paseo de la Castellana en la década de 1930

Calle Alcalá, Círculo de Bellas Artes y Ministerio de Educación en 1933

Gran Vía en 1932. A la izquierda vemos lo que eran los grandes almacenes Madrid- París, los primeros que existieron en nuestra ciudad y que querñian emular los de París. Al acto de inauguración en 1924, asistieron hasta los reyes. Fue un fracaso de gestión y económico, y cerraron en 1933, abriendo los históricos almacenes SEPU (Sociedad Española de Precio único) que perdura hasta hoy. El grupo Prisa también está en este edificio y Radio Nacional emite su señal desde allí en 1925.

 Gran Hotel Reina Victoria, en la Plaza de Santa Ana y Plaza del Ángel. En los bajos se ve los toldos de Almacenes Simeón.

Paseo de Recoletos en 1930

Edificio Capitol en la plaza del Callao, 1938. Observamos el café Capitol en la parte posterior, luego cambiado por el café Manila. Fue el primer edificio creado para apartamentos  y viviendas.

Plaza de Callao en 1938

Plaza de las Descalzas en 1930

Plaza de Neptuno en 1930

Plaza de Oriente en 1930

Plaza de Santa Bárbara

Puerta del Sol años 30

Puerta del Sol en 1930

Plaza de Antón Martín en 1930

Calle Bailén y Plaza de España en 1931

Calle de la Cava Alta en 1931