Al morir Carlos III, los nuevos reyes, Carlos IV y su esposa, cambiaro su residencia de El Pardo por el palacio del interior del Monasterio de El Escorial. En consecuencia, los proyectos decoratios para el primero se suspendieron, pero la Manufactura de Tapices continuó su trabajo.
Ante el deseo del rey de representar en tapiz las costumbres populares, Goya recibió su último encargo para los tapices, siendo ya pintor famoso de Cámara, pero se esmeró mucho para estos tapices que irían en el despacho real. Pero su viaje a Andalucía y la posterior enfermeda que le dejó sordo , le impidieron seguir y jamás se culminó el plan original.
En este boceto aparecen 3 muchachas, de las cuales dos llevan cántaros en la cabeza y en las manos y otra llena los recipientes en la fuente. Las mozas vsten bellos trajes coloridos, con joyas populares al cuello. Globalmente, vemos un espíritu aldeano.
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