El abastecimiento fue uno de los grandes problemas de Madrid durante la guerra civil. Madrid permaneció sitiada por más de dos años y en este transcurso de tiempo, la población comenzó a ver cómo escaseaban los productos de primera necesidad hasta llegar casi a desaparecer, o a conseguirlos mediante receta médica.
El racionamiento de alimentos se fue aciendo cotidiano paralos madrileños desde los primeros meses de la guerra, por lo que desde e principio se acostumbraron a las largas colas delante de los establecimientos para conseguir comida, al mercado negro que surgió por la escasez de alimentos y contra el que las autoridadesl ocales no podían luchar, a las subidas desorbitantes de los precios y a las cartillas de racionamiento ...
Antes estos problemas, las autoridades republicanas insistían en que la solución estaba en evacuar a la población de Madrid, que además, facilitaría su defensa. Pero contra todo pronóstico, la población se resistía a dejar su tierra.
Llegaron a ser tan acuciantes los problemas de abastecimiento que las masas de la izquierda se movilizaron a favor de los republicanos españoles. En Checoslovaquia se organizó una cotización de un franco por trabajador y un mes a favor de los combatientes del Frente Popular. En Holanda se enviaron alimentos, en Infglaterra se enviaron toneladas de leche en polvo y ropa, Nueva Zelanda envió 2000 libras esterlinas, los mineros ingleses compraron para sus compañeros republicanos 2000 toneladas de carbón, la asociacion de Amas de Casa de París enviaron 7 camiones de víveres, Copenhague mandó 126 cajas de leche en polvo, 48 cajas de carne en conserva y jabón
La escasez de productos de primera necesidad, desde el principio, además de otros productos como leña o tabaco, su precaria y enmarañada distribución por falta de transportes, y con ello el racionamiento, la desorbitada subida de precios, el acaparamiento de víveres, la especulación y el mercado negro, fueron las variables que acentuaron la tragedia.
El sistema generalizado de suministro consistió en el reparto de unos vales, dados por partidos y sindicatos y canjeados en tiendas y comercios por artículos de primera necesidad.
En Madrid, el ayuntamiento emitió vales de 0.5 pesetas y lo distribuyó entre la población a través de partidos y sindicatos, Durante julio-agosto de 1936 las existencias fueron suficientes: los comerciantes, organizadores empresariales y poíticos fueron acopando alimentos; más tarde con el escaseamiento, la crítica centró en el miedo al despilfarro y al acaparamiento.
La falta de víveres en la retaguardia republicana fue un fenómeno generalizado. Los primeros síntomas de escasez se dieron en septiembre de 1936, y en octubre faltaban productos como el trigo, el carbón o la carne. Un alimento tan básico como el pan, comenzó a faltar de forma alarmante en los prmeros meses de 1937, y en marzo llegó su racionamiento a Madrid.
Para el abastecimiento de Marid se tomaron medidas como tomar el trigo de las onas limítrofes a la provincia y Ciudad Real. El racoinamiento de pan se fió en cantidades que oscilaban entre 50-150g. El resto de productos de primera necesidad comenzaron a escasear a finales de 1936, se agravó en 1937 y culminó en 1938.
La base de la alimentación consistió en arroz, algunas legumbres como las lentejas, verduras aceite, hortalizas , y otros productos como la alfalfa , y a medida que fueron escaseando, la sociedad se las ingenió para sacar más partido a lo que había, como hacer caldos con los cardos borriqueros o tortillas sin huevo.
El racionamiento se puso en marcha en Madrid en noviembre de 1936. Las autoridades marcaban las cantidades por persona y día. Un ejemplo de este racionamiento lo tenemos en el documento de la Junta de Defensa, que establecía las cantidades correspondientes a cada persona:
Cada día:
-Leche: 1/4 l
-Pan: 500g
- Carne: 100g
-Tocino: 50g
- Fruta: 500g
-Sopa: 50g
-Patatas: 200g
-Legtumbres: 100g
En 3 veces a la semana:
-Pescado:200g
-Arroz:100g
-Azúcar:50g
-Huevos:2 unidades
1 vez en semana
-Aceite:1/2l
-Café:50g
-Carbón:3kg
-Jabón:400g
-Queso: 100g
-Bacalao:100g
-Leche condensada:1 bote
-Fiambres: 100g
-Conservas de pescado o carne:100g
-Conserva de verduras:200g
Lógicamente, con el paso de la guerra, los alimentos empezaron a escasear con urgencia. Así, el racionamiento en 1938 consistió en pequeas cantidades de lentejas, arroz y aceite. Se arbitraron diversos cvréditos por parte del godeto con organizaciones sindicales y la ayuda de entidades bnéficas, lograron otros canales de aprovisionamiento.
Por otro lado, el control de los precios y la represión del fraude se convirtió en uno de los problemas para la República más importantes. Sin embargo, el almacenamiento y aprovisionamiento de víveres con fines especulativos y el consiguiente fraude desembocaron en un abusivo mercado negro, donde los precios de artículos adquirían cifras desorbitadas.
Por lo que respecta al fraue, los que más se aprovecharon fueron los comerciantes: guardaban alimentos sin vender hasta que escaseaban para luego venderlos a preciosde infarto, o algunas tiendas tenían otros métodos para enriquecerse, como obligar a sus compradores llevarse otros productos, además del que necesitaban o iban buscando.
Mientras más empeoraban los abastecimientos, más crecía el fraude.
Las autoridades intentaban controlar la situación, fijando unos precios oficiales que regularan el mercado, alfgo difícil de cumplimentar, pues no era los reales que se pagaban en el mercado realmente.
Observamos que desde septiembre de 1937 a marzo de 1938, los precios subieron. Vemos que fue un año de mal abastecimiento. Los casos de falsficación de documentos, especialmente recetas médicas dadas para adquirir ciertos alimentos, como leche o azúcar, para embarazadas ancianos, niños y enfermos, multiplicándose a partir de esta fecha.
Con la necesidad salió la picaresca: la gente se hacía pasar por enfermos, inventaban familias que no existían u saban el nombre de aquellas que entre otras razones, bien habían muerto, o habían sido evacuados.
Llegó a ser tan importante el racionamiento y abastecimiento de alimentos, que los madrileños no se preocupaban tanto por ver el diario para conocer el transcurso de la guerrra como para saber dónde se repartía comida. Llegó a tal la desesperación por el hambre que muchos desearon la entrada pronta de Franco para acabar con la situación.
En este sentido, Franco tenía la guerra ganada, pues tenía tomadas todas las zonas agrícolas, mientras que en la zona republicana quedó la parte industrial. Por loq ue la zona franquista no tuvo carencias de alimentos y los precios se mantuvieron.
Anuncios como estos eran normales en la prensa:
- "Hoy habrá carne en abundancia" publicado el 17 de septiembre de 1936
A principios del 39, el racionamiento llegó a rozar la tragedia. Los madrileiños recibían una dieta diaria de unas 800 calorías. Los nios se criaban con una alimentación insuficiente y los enfermos no tenían suficientes medicinas.
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