viernes, 24 de septiembre de 2010

ESPACIOS DE SOCIABILIDAD: LOS SALONES Y LOS BAILES

La nobleza madrileña de viejo cuño sufría una crisis desde el siglo XVIII, especialmente en el tránsito del AR al Régimen Liberal. Crisis que tuvo que afrontar de diferentes modos. En este sentido, las pautas de comportamiento de estos jugarán un papel importante como manera de reafirmar su poder e influencia.

A finales del siglo XIX, la nobleza continuaba muy presente en la capital española. Hab´çian perdido gran parte de su poder social y político, que ahora compartían con la alta burguesía. Pèro seguían monopolizando el poder social con grandes fiestas, bailes, comidas ... como respuestas a las otras pérdidas.

El Salón del Noble fue considerado el primer escenaro de representación social y de la propia fusión con la alta burguesía, ya ´que ésta intentaba penetrar en los círculos aristocráticos y conseguir el ennoblecimiento, bien por medio del matrimono o por negocios y relaciones. Además, el salón fue un gran espaci social, al albergar grandes debates y tertulias políticas, conómica, e intrigas amorosas.

En este sentido, cabe señalar que si bien antes del siglo XIX el matrimono nobiliario era endogámico y condicionado por el sistema de herencias, en este momento consistió en estrategias a largo plazo, de fusiones con segundones, con la consiguiente creación de ramas familiares secundarias, buscando la consolidación de dicho grupo social. De ahí que los salones dieran cobijo a la sgrandes clases sociales.4

Pese a la fusión ente la alta burguesía y la vieja nobleza, establecieron unos criterios rñigidos de admisión a los salones, los cuales siguieron funcionando gracas a la venta de parte de sus tierras y viejos palacios.

La importancia de los salones y bailes que en ellos dieron, fueron de especil importancia para la nueva nobleza, pues le permitió introducirse en el mundo aritocrático. Así los palacios de la vieja nobleza con un piso bajo de grandes ventanas enrejadas, y otro piso alto, muy suntuoso por dentro y adornado con tapices  y cuadros de gran valor, fueron sustituidos por los palacios burgueses, que trasladaron tal suntuosidad al exterior.

En cuanto a los bailes, algunos de ellos se celebraban en Palacio por la prpia reina Isabel II. Otros tuvieron lugar en los palacios de la aristocracia. Se trataban de bailes a los que podían asistir hasta 400 personas y su frecuencia era, si no diaria, al menos mensual. Estos bailes tuvieron su gran apogeo hasta el reinado de Alfonso XII, entrando en decadencia en 1914 con Alfonso XIII.

A estos bailes asistían lo mejor de la juventud aristocrática, incluidos oficiales y guardias militares. Fiestas famosas eran las que daba la Marquesa de Osuna, Condesa de Benavente, dado todos los sábados y el domingo le correspondía a la duquesa de Vallarino.

Otras señoras que se citan son la Marquesa de Santa Cruz, marquesa de Alcañices, Fernanda de Sta Cruz, Marquesa de Miraflores, condesa de Vilches ... Las señoras llevaban sus mejores joyas y brillantes con sus mejores vestidos para grandes ocasones.  En estas fiestas aparecían numerosos cantantes de ópera invitados a cantar, pues esta era una de las afciones de la nobleza, a ópera.

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