En relación al Casino, lugar de tertulias, fue fundado en 1837 por lo más selecto de la ciudad, respondiendo a las necesidades de ls jóvenes a reunirse nen un punto céntrico. Así se alquiló un cuarto en la calle Visitación. Se jugaba al carácter, al tresillo ... Luego se le conoció con el apelativo del "príncipe2 por trasladarse al edificio de etsa calle, para ubicarse definitivamente en la Calle de Alcalá, entre Carrera de San Jerónimo y Calle Sevilla.
Saliendo del ámbito privado, otra afición de estas clases era la de pasear, reservando cada grupo sus propios espacios, paseando en general por Recoletos, Retiro y el Prado. El Prado fue el más rentable por estar más próximo al Retiro, destacando la parte llamada "Salón del Prado". Era el sitio donde se enseñaban las exquisitas carrozas, luciendo las señoraas sus joyas o montando los señores en caballo.
Allí su entrada no estaba prohibida a nadie, pero era sabido que era un gusto de la alta aristocracia, donde se miraba no sólo las riuezas, sino la edad y belleza de los paseantes.
Al lado del paseo de coches había una calle estrecha con bancos que llamaban el gabinete", siendo el lugar de exhibición por excelencia, pues el paseo se daba andando, paseando los domingo y días de fiestam después de misa, hasta las 4 o 4 y m edia que se iban a comer.
Los toros también fueron una gran afición en las altas élites, dejando los mejores palcos y asientos para estos personajes
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